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¡Atención a estos síntomas!


Los progenitores son, generalmente, quienes mejor aprecian y conocen los síntomas que pueden presentar los hijos, siendo los aspectos relacionados con la detección temprana del cáncer, en muchas ocasiones, los mismos que en otros procesos frecuentes.

La detección temprana es, junto con el diagnóstico oportuno y el correcto manejo del tratamiento, muy importante para el pronóstico y las posibilidades de cura.

Pero, ¿cuáles son los síntomas y signos a los que se debe prestar atención?

# Fiebre injustificada durante semanas

Si la fiebre dura más de una semana, es de origen desconocido y carece de respuesta al tratamiento, resulta necesario que este síntoma sea nuevamente valorado.

# Masa abdominal difusa

Las variaciones de tamaño del abdomen son normales durante la infancia, pero si se produce un crecimiento progresivo, rápido y que no varía en tamaño con la alimentación, e incluso en ocasiones se acompaña de falta de apetito o disminución en la ingesta, debe entonces prestarse una especial atención.

Las masas abdominales en la infancia se presentan con relativa frecuencia, pudiendo ser en muchos casos hallazgos casuales durante una revisión rutinaria en la consulta del pediatra, o bien en exploraciones por otra causa. Con frecuencia pueden ser de naturaleza quística y, habitualmente, benignas.

# Dolor en los huesos y en las articulaciones

Si aparece dolor a nivel de articulaciones y huesos con hinchazón progresiva, y sin signos de traumatismo o infección, es conveniente acudir al pediatra. 

# Sudoración abundante sin causa alguna

La sudoración en los niños, y más en la etapa de lactantes, es normal, sin embargo, si se presenta sin causa alguna, o en ocasiones se acompaña de escalofríos, es un signo de alarma.

# Palidez, cansancio crónico y/o pérdida de peso

Si presenta fatiga, con dificultad para realizar las mismas actividades que sus compañeros, necesita periodos de reposo de manera frecuente al jugar o al realizar diferentes actividades, es importante estar alerta.

La presencia de palidez de forma súbita y acompañada de cansancio fácil o pérdida de energía, sin una razón evidente, y el convertirse en un niño o niña sin ganas de jugar o realizar actividades, con tendencia a dormir en exceso, puede estar dando señales de la presencia de una anemia.

Aunque el peso de los pequeños puede sufrir variaciones, es importante notar si hay una pérdida (de peso) inesperada y rápida, que no esté asociada a la alimentación.

# Mancha blanca en el ojo cuando le da la luz (en uno o en ambos)

Cuando los cambios oculares o en la visión se producen de forma súbita, y son persistentes, debe controlarse su evolución.

# Ganglios linfáticos inflamados

Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero predominan a nivel del cuello, inglés o axilas. Hay que vigilarlos cuando se presentan de forma persistente sin mejoría o disminución.

# Dolores de cabeza persistentes, a menudo acompañados de vómitos

Los dolores de cabeza continuados y progresivos, sobre todo si van acompañados de vómitos, son un signo de que algo no está yendo bien.

# Cambios en el comportamiento

La aparición de alteraciones en la conducta que no sean habituales, como irritabilidad no justificada, actitudes extrañas, o movimientos inusuales, deben atenderse adecuadamente.

# Aparición de hematomas y petequias

La presencia de moretones sin traumatismo, o sangrados frecuentes en cualquier parte del cuerpo como encías, nariz o en las heces, es motivo de consulta. Más aún cuando todo ello se acompaña de fiebre, y las petequias son grandes, más de unos pocos milímetros, y parecen crecer en tamaño y número en horas o minutos.

¿Cuándo acudir al pediatra?

Estas señales de alarma se pueden presentar de forma independiente o combinada. Si no desaparecen, o incluso empeoran, es el momento de acudir a una revisión pediátrica.

Ante cualquier duda, concertar de forma temprana una consulta permitirá realizar una evaluación exhaustiva y, si el pediatra lo considera necesario, solicitará los estudios complementarios oportunos.

Cuando se hayan llevado a cabo los estudios pertinentes, y tras la valoración de los resultados, el pediatra determinará la necesidad de trasladarlos a un especialista en el siguiente nivel asistencial para la realización de más estudios en caso de que sea preciso.

Sin duda alguna la mejor medicina es la preventiva, por eso es importante acudir a las revisiones pediátricas y vigilar el crecimiento y desarrollo adecuado de nuestros pequeños, porque son estos controles los que permiten detectar de manera precoz cualquier problema.

A pesar de que el cáncer infantil pueda considerarse una enfermedad poco frecuente, el gran desafío sigue siendo la detección temprana.

Para seguir leyendo…

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer y la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP) se han unido para elaborar una guía que recoge las claves de la atención y el diagnóstico precoz del cáncer infantil y juvenil.

La “Guía de detección temprana del cáncer en niños y adolescentes” está disponible a través del siguiente enlace, donde es posible consultarla y descargarla en formato pdf.

Para residentes de pediatría, pediatras de Atención Primaria y alumnos de medicina el documento “Signos y síntomas de Alarma en el cáncer infantil” elaborado por la Prof. Ana Mª Alvarez  Silván. Pediatra Oncólogo Emérito. Hospitales Universitarios Virgen del Rocío, España, y el Prof. Víctor Santana, St. Jude Children’s Research Hospital, Memphis. TN. USA. Trabajo realizado para Oncopedia. “ Cure4Kids”. St. Jude Children’s Research Hospital,  se puede descargar en pdf desde la web de la Sociedad de Pediatría de Andalucía Occidental y Extremadura.

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